"Me entretengo ocho horas cada día,
en el cambio de neurona por dioptría.
Con prisa por llegar a ser segundo,
en la fila de los que no tienen rumbo.
Resignado a ser la marioneta rota,
del cajón de una niña caprichosa.
Intento intentar no entender nada,
y sentir la vida plena con el alma"
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